Encuentro

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Interview à Dany Rocchi, mannequin curvy

Desde muy pequeña, Dany Rocchi, modelo curvy, soñaba con ser actriz, cantante o modelo, para poder estar frente a las cámaras. Sin embargo, sus problemas de autoestima y tener un cuerpo que no concordaba con los estereotipos clásicos de la belleza, la hicieron dejar de lado ese sueño durante muchos años.

Sin embargo, a los 26 años de edad, la participación en un programa de televisión de su país, México, le permitió tener la confianza necesaria para iniciar su carrera como modelo curvy.

Luego de trabajar en México, decidió probar suerte en Europa, trabajando en Berlín, Londres y Milán. No obstante, París, fue la ciudad en la que Dany Rocchi decidió establecerse para seguir avanzando en su carrera.

El año 2021 ha sido uno de sus mejores años, ya que no sólo trabajó como modelo fitting para Mugler y AZ Factory, sino que además, tuvo la oportunidad de participar en el último capítulo de la segunda temporada de Emily in Paris, como modelo en un fashion show. 

Dany Rocchi compartió con nosotras la pasión por su trabajo, sus ganas de vehicular un mensaje de autoconfianza hacia quienes la siguen y de sus planes a futuro.

Por Carolina Ortiz Jerez Créditos fotográficos en el plató Emily in Paris : Alina Delyne
Dany, ¿podrías contarnos acerca de tus inicios en el modelaje ?

Después de estudiar la carrera de comunicación, decidí estudiar maquillaje profesional porque trataba de estar cerca del mundo de la belleza.

Un día tuve la oportunidad de participar en el casting de un programa de televisión en México, que se llamaba “Desafío Fashionista” del canal Home&Health. Ahí me preguntaron por qué yo creía que tenía que estar en el programa y yo les dije lo que pensaba: “Yo quiero que la gente vea mujeres diferentes, que las personas que ven este programa se identifiquen conmigo, que vean que hay otros cuerpos, que hay otras personalidades. Es el momento de las mujeres con curvas y quiero que se vea eso”.

Si bien no gané, porque quedé en el tercer lugar, esa exposición me dio la oportunidad de firmar con la primera agencia y de empezar a trabajar como modelo.

Para ti, ¿qué significa ser modelo curvy o plus size?

Desde muy chiquita, quise estar delante de las cámaras, pero nunca me lo creí. Siendo niña, sufrí muchísimo bullying en el colegio y eso me produjo una gran desconexión conmigo misma. A pesar de ello, siempre me sentí atraída por el mundo de la belleza. 

Para mí, el modelaje ha sido mi terapia de sanación. Para mucha gente, su terapia es ir al psicólogo, irse de viaje o irse de compras. Para mí, es tener este trabajo o tener la oportunidad de hacerlo, porque aprendí a mostrar mi cuerpo, a quitarme la vergüenza, a no sentirme culpable, a aceptarlo como es, a respetarlo, porque de esto trabajo. Asimismo, siento que es un canal para poder compartir un mensaje a la sociedad. Y en términos generales, ser modelo curvy es poder ser parte de hacer historia y creo que eso también es importante.

A diferencia de otras modelos, tú te iniciaste en el modelaje a los 27 años. ¿Por qué iniciaste tu carrera tan “tardíamente”?

¡Porque nunca lo pensé antes! Yo estaba tan dañada por dentro, de no quererme, de no aceptarme, que incluso cuando habían personas que me decían: “¿y por qué no eres modelo?”. Yo les respondía: “¿Te estás burlando de mí?” “¡Cómo puedes decir eso cuando sabes que me veo horrible, que estoy espantosa, que estoy gorda, que estoy fea!”. Soñaba en lo más profundo de mi ser con ser modelo, pero no me lo creía.

Por eso la validación es tan importante. No sólo por nuestra belleza, sino por lo que somos. Eso es algo que me enseñó el modelaje.

En un mundo que castiga a las mujeres que tienen sobre 40 años, ¿piensas que el modelaje puede ser una puerta de entrada para un cambio de mentalidad?

Debiera serlo y no solamente para las mujeres que pueden ser modelos a los 40 años, sino por el mensaje que se le transmite a las mujeres de 40 años. Eso es lo más importante.

Tengo 37 años y tengo más trabajo que antes. Pienso que es muy importante tener nuevas referencias, ya sea que se trate de JLO, Cher, Jennifer Aniston o las Kardashian. 

Yo sé que soy diferente a la estructura francesa, pero salgo a la calle caminando como soy y me fascina, me siento orgullosa de lo que soy, de lo que he logrado. Agradezco a mi cuerpo que está sano y que me ha permitido estar aquí.

¿Cómo ha sido trabajar en un medio parisino que ve la delgadez como símbolo de belleza? ¿Te has sentido discriminada por las agencias o por las marcas?

Jamás me he sentido discriminada por mi talla, al contrario. Yo trabajo mucho por mis tallas porque es muy difícil encontrar una mujer con mis medidas. Tengo la cintura muy marcada y soy proporcionada, aún cuando no soy extremadamente delgada.

He trabajado para Lanvin, Balzac, Marina Rinaldi, Max Mara, Alber Elbaz, y con estas marcas he hecho mucho fitting para la talla 42, específicamente.

Antes de comenzar esta entrevista, me comentabas que fuiste modelo cabina para Mugler. ¿Podrías contarnos cómo fue esa experiencia?

Sí, fue este año (2021). Le hicieron un vestido especial a Beyoncé y estaban buscando una modelo que tuviera sus medidas corporales. Como ella no estaba en Francia para probarse el vestido, necesitaban una modelo para hacer los ajustes necesarios y ver que todo quedara bien. 

Fue muy interesante, porque los casting son masivos y no siempre te dicen el nombre de la marca ni qué es lo que debes hacer. Cuando me estaban tomando las medidas, yo escuchaba a quien lo hacía, decir: “Tienes al menos las tres medidas principales” (busto, cintura y cadera). Como yo no sabía de quién estaban hablando, pregunté y me dijeron: “estamos buscando a la doble de Beyoncé”. ¡No lo podía creer! y finalmente, quedé.  Me sentí un ratito Beyoncé (risas)

Todo el mundo sueña con trabajar para Mugler. Es un paso más, porque al final ya te conocen, trabajaste con ellos. Si te tienen en la cabeza y piensan en ti, puede salir algo interesante.

También tuviste la oportunidad de trabajar para Alber Elbaz en su proyecto AZ Factory.

Yo estuve con él, meses antes que muriera. Fue para la nueva colección que estaba trabajando para AZ Factory. Probamos los vestidos, las telas y nos preguntaba a cada una de las modelos cómo nos sentíamos. Él decía: “yo quiero que la mujer se sienta poderosa” y eso me pareció súper importante.

Haber tenido la oportunidad de estar con él y ser parte de su proyecto, es un regalo.

El año 2021 lo terminaste en todo lo alto con tu aparición en el último capítulo de la segunda temporada de “Emily in Paris” (French Revolution). ¿Qué significa para ti tener la posibilidad de participar en una serie tan conocida internacionalmente?

Para mí es increíble ser parte de esa escena en particular, porque representa una consecuencia de mi trabajo, pero principalmente, del mensaje que comparto. El estar ahí representando a una modelo, pero también a los latinos y a las mujeres con curvas, diferentes al estándar mediático, es muy importante, porque yo necesito de mi carrera para compartir estos mensajes de aceptación y de validación de nuestros cuerpos.

Lo que me tenía nerviosa era saber cómo iba a quedar la edición. Afortunadamente, tengo una gran participación en la escena, en la que cierro el baile. Además, el lugar, es el Salón de los Espejos de Versailles, con un vestuario que hace alusión a la época de María Antonieta, es un sueño.

Es un trabajo que siempre será recordado y para mí, es uno de los mejores que he hecho en mi vida. Es un regalo y un triunfo a mí misma, porque tener la posibilidad de hacer este proyecto después de haber pasado tiempos difíciles en lo laboral por el COVID, es una gran emoción y estoy muy feliz de haber participado en él.

¿Cuáles son tus planes a mediano plazo?

Algunas personas me han pedido que haga talleres o cursos donde pueda compartir lo que conozco y lo que he aprendido en el modelaje. Sé que es muy importante desarrollar este tipo de productos porque, si bien no todo el mundo llegará a ser modelo profesional, todo el mundo debiera sentirse como una modelo. Sentir confianza para caminar sintiéndonos fuertes y con las ganas de triunfar. Así es que estoy trabajando para tener listo ese producto.

Si bien seguiré viviendo en París, me encantaría probar suerte en Estados Unidos. Trabajar con marcas que me permitan seguir desarrollando mi carrera y seguir pasando el mensaje de lo importante que es estar bien, de amarse y de aceptarse como una es.